El día domingo un grupo de maestros peruanos rindieron examen para lograr d acceder a una plaza en el Magisterio Nacional (por encima de la nota de 14 nombramiento) o un contrato (de 11 a 14) respectivamente.
Las pruebas han sido elaboradas por especialistas de ESAN y el día jueves tendremos los resultados. De esta forma el gobierno busca elevar la calidad del servicio. La búsqueda de la calidad educativa es una de las expresiones más utilizadas actualmente por el gobierno , y es vista como el punto de referencia que justifica cualquier programa de acción.
En este marco la evaluación representa un medio para un fin: lograr maestros eficaces y de calidad a través de una prueba que nos permitirá avanzar y construir una educación de calidad, como meta. Pero debemos tener claro que no sólo con maestros se podrá avanzar en educación en nuestro país, existen otros elementos necesarios (especialistas trabajando en el campo y no en la oficina, ugeles con personal necesario y eficiente, directores honestos, padres comprometidos entre otros)
Dentro de esta coyuntura el término "evaluación" está puesto sobre el tapete.
Pero, cuando se habla de evaluación para el sector educación, para el sector salud, para el sector de justicia, para el gobierno, para todo la meta no nos va quedando clara.
Y lo peor sucede cuando vemos que se usa este término con sectores que demandan algún aumento o mejora en sus renumeraciones (se amenazó a los trabajadores de salud y a los catedráticos de universidades nacionales con evaluarlos) . Y es aquí y sólo aquí cuando surje en los maestros la duda total.
La pregunta que nos viene a la mente por tanto es ¿Evaluar es malo?.
En el contexto de quererte amenazar con ello, de querer prescindir de tus servicios con ello, de pretexto para asustarte, para envolverte en un ambiente de terror de miedo es no sólo malo sino dañino y no debe ser permitido.
Y este error ha venido siendo parte natural en este proceso al que asistimos en estos días. He visto colegas mías llorar, las he visto agachar la cabeza, sentirse humilladas, maltratadas, las he visto preocupadas buscando quien les enseña y quien se ocupa de su familia y este ambiente no ha sido ni bueno ni saludable para nadie y mucho menos para el país.
Estas maestras y maestros contratados ¿como han estado en sus aulas? ¿como los han sentido sus alumnos? ¿como las vienen presionando sus padres? No debemos callar este error.
Evaluaciones sí pero dentro de un marco saludable, que sea el reto de este gobierno y de toda la sociedad civil.
Comprometámonos en generar evaluaciones en ambientes de calidad y con personas idóneas no olvidemos que la evaluación es un proceso pedagógico mediante el cual observamos, recogemos y analizamos información relevante con la finalidad de reflexionar, y tomar decisiones oportunas y pertinentes para mejorar los procesos de aprendizaje en nuestros estudiantes y en nosotros como maestros . Se evalúa para mejorar. Se evalúa para que sepan lo bueno que eres. Se debe evaluar para premiar (no necesariamente los maestros queremos aumentos nada más, pero un curso pagado en premio, una posibilidad de entrar al parque de las leyendas gratis, o poder asistir al teatro municipal y acceder a obras de calidad y de alto nivel cultural es una buena forma), y se debe evaluar siempre.
No olvidemos lo siguiente :
El año pasado los maestros fuímos evaluados porque un buen día Alan García reunido en Palacio de Gobierno con representantes del BM, USAID, UNICEF, FAO, OPS y varios ministros, coordinando políticas contra la desnutrición infantil (…) , de pronto, frente a cámaras, se le ocurrió la idea de que hay que evaluar a todos los docentes antes de fin de año. Y entonces lanza su impromptu: "Vamos a hacer una evaluación de los profesores; entiendo que es así, señor ministro (Chang),… aunque le cueste esfuerzos y problemas, pero tenemos que hacerlo para saber qué metas debemos alcanzar".
El ministro de Educación, Antonio Chang, en lugar de decirle que eso no está previsto y que eso debería amarrarse a la pendiente ley de carrera magisterial, asienta sumisamente y ordena a sus técnicos en el ministerio a proceder con la evaluación.
Llamaron a esta evaluación de diagnóstico y después los diagnosticados participamos en una capacitación que tuvo temas iguales . Entonces no entiendo el porque del diagnóstico ya que aparentemente todos estábamos iguales en comunicación, lógico matemática, currículo, en todo.
Urge formar grupos evaluadores y que al hacerlo personalizen las necesidades de cada maestro. El dinero se invertiría mejor.
En Cuba se hace, te llaman y te invitan a que analices tus resultados, y te sugieren capacitate en este sitio o en este otro. Y si en las evaluaciones demuestras niveles mayores, te invitan a llevar maestrías, doctorados, y constantemente los maestros se están renovando. Un maestro que enseña en el Perú debería gozar de ciertas rebajas y ciertos mimos en las universidades públicas por lo menos.
Como quisiera llevar el Post grado de San Marcos de inicial y si lo hiciera bien que de premio me pagarán la maestría de infancia ¡que feliz sería¡
Es necesario un detenimiento mayor en cada maestro, si deseamos cambios reales que nos permitan reconocer potencialidades y ubicar estos maestros, va más allá de una evaluación, es más amplia la meta señor ministro. Acérquense más a nosotros. Acá estamos y queremos hacerlo bien.