La educación surge con el hombre. Desde su aparición el hombre se preocupó por criar y educar a sus hijos, primero la educación se centraba en la transmisión oral, de padres a hijos, de los adultos a los niños y jóvenes, de las leyendas, costumbres, tradiciones de las comunidades, etcétera; después, con la aparición de la escritura empiezan a ser apresados en manuscritos, la escasa información y los logros de la naciente ciencia, surge, en la Edad Media, la educación institucionalizada, la escuela, con el fin de transmitir todo el acervo acumulado en la sociedad a las nuevas generaciones.
El fenómeno descrito alcanza también la formación de los oficios, en los primeros estadios del desarrollo socio – económico de la sociedad, las generaciones transmitían los conocimientos y habilidades sobre el trabajo durante el propio proceso laboral, mediante la imitación; en los siglos XIII al XV la enseñanza de los oficios se realizaba directamente en el puesto de trabajo a través de maestros artesanos, de reconocido dominio, los cuales enseñaban a los aprendices durante la actividad laboral; ya a finales del siglo XVIII y esencialmente en el siglo XIX esta enseñanza de oficios vinculada al trabajo comienza a brindarse en instituciones especializadas, surge la formación profesional formalizada. También la escuela, tanto la de nivel general como profesional, en su evolución ha ido modificando su papel, de una institución llamada a proveer a los alumnos de toda la información posible, dado el limitado desarrollo socio – económico y científico – técnico de la época medieval, a una escuela que debe preparar a los alumnos para vivir en una época donde se estima, por la Word Future Society, que, en el año 2010, los conocimientos se duplicarían cada 80 días; donde el desarrollo informático signa todo el desarrollo productivo; donde, por poner un ejemplo, ya hay 240 centros de Educación Superior en los Estados Unidos que estudian Internet .
En un mundo globalizado, en el cual el proceso objetivo de la internacionalización del capital y del mercado, sustentado en la más alta tecnología, refuerza la socialización de la producción, se convierte en imperiosa necesidad preparar a los alumnos de las escuelas para vivir en dicho mundo. Esto significa que hay que entrenar la mente del alumno, desarrollar su capacidad de juicio crítico y creador, lograr que lleguen a conjugar los conocimientos, habilidades y capacidades a partir de un proceso creativo, capacitarlos para identificar los problemas y encontrar los principios de la ciencia, de la técnica, las tecnologías necesarias para su solución, de modo que puedan adaptarse a las cambiantes condiciones de la vida, actualizar sus conocimientos y a través del autoaprendizaje lograr una mejor comprensión de un mundo en desarrollo vertiginoso.
Ahora bien, ¿a qué globalización nos estamos refiriendo? A la globalización de la solidaridad, donde se diseña un mundo equitativo, un mundo mejor para todos, o a la globalización capitalista, en su versión compleja y complicada, que exacerba las más bajas pasiones de los hombres en contraste con logros civilizadores impensables hace pocos decenios. La globalización en el mundo de hoy es irracional e injusta, de ahí que cobre cada día mayor fuerza la necesidad de formar individuos éticamente superiores, solidarios, capaces de desplegar sus actividades en la vida social y fundamentalmente laboral, atendiendo a sus raíces, su tradición, su historia. Las ideas planteadas en relación con la formación que la institución docente debe garantizar en los alumnos se resumen en el desarrollo de una personalidad multifacética, donde estén privilegiadas por igual las esferas afectivo – motivacional y la cognitivo – instrumental. Por ello, a la educación, se le plantean retos muy superiores a los de la década de los setenta, donde la calidad educativa se medía por la ampliación de la cobertura de los servicios educacionales, por los resultados, dados en las calificaciones sobredimensionadas en su valor, como índices de esta calidad, ignorando los procesos que llevaban a esos resultados.
Se entiende por calidad de la educación “las características del proceso y los resultados de la formación del hombre, condicionados histórica y socialmente, y que toman una expresión concreta a partir de los paradigmas filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos imperantes en la sociedad de que se trate”
Medir la calidad educativa se “refiere cada vez menos a la memorización de hechos y datos, y más a la adquisición de destrezas de orden superior –la capacidad de analizar y sintetizar, resolver problemas, tomar decisiones, manejar información, comunicarse y negociar, etc.- y de comportamientos requeridos en el mundo entero – tolerancia a la diversidad, capacidad de trabajar en equipo, adaptabilidad, etc.-”
Lo anterior hace que en las investigaciones educativas actuales sobre calidad se plantee que para valorarla hay que tener en cuenta el proceso y el resultado, de ahí que sea indispensable valorar los procesos que se dan en el acto educativo, tanto en términos de rendimiento, entendido éste como adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades y capacidades, como de motivos, sentimientos, orientaciones valorativas que se generan y forman durante el proceso de enseñanza aprendizaje. La calidad debe verse a partir de dimensiones diversas a las que hay que definirles indicadores concretos que permitan su medición tanto a nivel macro del sistema de educación ( de un país, de una provincia, de un municipio) o micro (de una escuela, de un salón de clases). También la medición de la calidad requiere que todo el personal vinculado con la educación se prepare para asumir la importante tarea de diagnosticar su propia actividad, entendida en su proceso y en sus resultados, y cuando se requiere del auxilio de fuentes externas para realizarlo, deben estar en condiciones de analizar sus resultados.
DESARROLLO El diagnóstico, a nivel micro, es una actividad de carácter sistemático que se realiza por el personal docente en su accionar cotidiano. El profesor diagnostica, cuando hace una pregunta en clase para conocer el nivel de partida de los alumnos en relación con un contenido; cuando evalúa, una de las funciones de la evaluación es la diagnóstica; cuando reflexiona sobre un tema de actualidad o trabaja junto a sus alumnos; de igual forma lo hace el director, el subdirector, el metodólogo, en fin todos y cada uno de los que toman parte activa del proceso educativo y en cualquiera de los momentos en que se produce la relación educador – educando. Resulta imperiosa necesidad precisar que esta actividad diagnóstica no es espontánea. Para que en ese constante proceso de interrelación los docentes, el equipo de dirección, los metodólogos lleguen a caracterizar a los alumnos es necesario que sepan observar atentamente, los gestos que dicen a veces más que una palabra; deben saber escuchar e interrogar; deben saber hacer uso de los elementos constitutivos de su trabajo diario, por ejemplo, la tabulación de los errores de las pruebas o listas de cotejo, el registro anecdotario, las fichas de observación y todos los acompañamientos realizados a los alumnos , de manera tal que se pueda tener una imagen precisa de esa personalidad en formación, que está bajo su influencia mayoritaria en una etapa crucial de sus vidas. Ahora bien, para elevar la calidad de la educación, para transformarla, es necesario conocer a profundidad las características del proceso pedagógico, de sus componentes, personales y no personales, y la del entorno donde se desarrolla, de ahí que no baste con la arista del diagnóstico descrita para conocer el estado real de una escuela, sus docentes, alumnos, familia y comunidad, que permita construir sobre bases sólidas el cambio educativo a que se aspira . Nos referimos al diagnóstico integral, objetivo y sistemático, que permita encontrar las causas de los problemas o de los aciertos, para eliminar unos y generalizar los otros de manera científica, propiciando la transformación a que se aspira y el cual debe ser un instrumento de trabajo del centro, de su colectivo pedagógico en general. A continuación se presenta un modelo de diagnóstico para aplicar a los docentes. Todo el equipo de dirección del centro tiene que conocer a sus docentes para dirigirlo sobre bases científicas. El diagnóstico deberá dar elementos sobre la disposición de los docentes hacia la actividad; las habilidades y cualidades personales generales y para la profesión (incluye su formación pedagógica y el dominio del contenido que imparte); nivel profesional alcanzado; autosuperación y superación. Dicha caracterización diagnóstica debe partir del equipo y de la administración de la Institución educativa la que debe tener registrado los datos siguientes:
1. Edad:_______ Estado civil:______________________
2. Ultimo nivel de enseñanza cursado:______________________________
3.Titulado en: _____________________________ No titulado:_______
4. En proceso de titulación:_____ Año que cursa:_____________
5.Cursosdesuperaciónrecibidos:__________________________________ 6.Cursosdesuperaciónimpartidos:_________________________________ 7.Añosdeexperiencia docente:____________________________________
8.Añosdeexperienciaenelnivel: __________________________________
9.Añosdepermanenciaenelcentro:________________________________ 10. Evaluación recibida en los cursos asistidos:_______________
11. Recomendaciones realizadas al mismo. Reiteración o no de estas:_______
El estudio en sistema de la evaluación profesoral y sus recomendaciones le debe proporcionar a la Institución una información muy rica sobre elementos tales como:
1. Compromiso con la labor que realiza.
2. Capacidad para la implementación de la política educacional a partir de su labor concreta.
3. Experiencia, preparación profesional para la labor que desempeña.
4. Características personales que favorecen o que constituyen barreras para la ejecución de sus funciones. Comunicación
5. Ejemplaridad y prestigio ante su grupo de trabajo.
6. Intereses y motivaciones hacia determinadas actividades.
7. Posibilidades para la aplicación de nuevas experiencias y actitud científica para el análisis y solución de problemas.
8. Estilo de dirección y relaciones interpersonales.
9. Evaluaciones recibidas en las visitas a clases.
GRUPO CRIE
Nota : Maestrasinfronteras te pide mil disculpas por cualquier error ortográfico que pudiera haberse dado en el presente texto. Gracias.
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