Los fundamentos que se contemplan en el currículo son de tipo filosófico, sociológico, psicológico, espistemológico, pedagógico y legal.
Antes de entrar a revisar de lleno cada uno de estos interesantes aportes los invito a recrearnos con un poco de la historia del currículo que he encontrado en el artículo de Jaime Ortiz titulado “Los fundamentos del Currículo”, acá plantea que muchos conceptos contemporáneos acerca del currículo proceden de épocas antiguas, han persistido hasta hoy y aún ejercen gran influencia.
Explica que la historia de la educación contiene mucha tradición y ésta ejercerá influencia en el desarrollo del currículo.
En Grecia por los siglos VII y VI A.C. la educación estaba destinada a contribuir al bien público, o sea al bienestar de la sociedad.
Esparta y Atenas pretendían a través de la educación el entrenamiento y la educación de soldados fuertes y valerosos y de ciudadanos leales profundamente compenetrados con la moral vigente.
En el siglo V A.C., la educación superior estaba integrada esencialmente por la retórica y la filosofía. En Alejandría, el currículo universitario incluía también matemáticas y otras disciplinas científicas. Existía cierta tendencia a la especialización. La filosofía, por ejemplo, se dividía en astronomía, geografía y matemáticas.
Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes contribuyeron al desarrollo de la filosofía, estudiaron aspectos de la educación, tales como sus contenidos, formas y factores determinantes.
Sócrates estableció elevadas normas morales y éticas que pusieron de manifiesto la universalidad y la naturaleza moral del conocimiento, así como la capacidad del hombre para pensar y analizar la experiencia.
Platón concebía el objetivo de la educación como determinante de la clase social a que cada hombre pertenecía y que lo preparara para que se desarrollara dentro de ella.
Las tres clases eran filósofos, soldados y trabajadores.
FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS
El currículo debe considerar al hombre a la persona humana en todas sus dimensiones. Debe tener en cuenta a la persona como “ser”, tener en cuenta lo relacionado con sus potencialidades, actitudes y sentimientos. Se estructura en beneficio de los individuos y la sociedad y debido a esta gran responsabilidad, el mismo está permeado de visiones filosóficas. Unos enfatizan la dimensión material de la realidad en vez de la espiritual.
Mientras otras enfatizan el significado y las ideas sobre los datos de la realidad. Otros creen que todo conocimiento se deriva de la realidad. Hasta cierto grado, la filosofía y el currículo enfocan el mismo problema: ¿Qué debe la persona lograr ser?, ¿Qué puede lograr ser?, ¿Qué debemos enfatizar?
Existen tres categorías filosóficas de relevancia para la toma de decisión curricular.
Estas son la ontología, la epistemología y la axiología.
La ontología tiene que ver con la naturaleza de la realidad: ¿Qué es realidad? Existen tres posiciones ontológicas:
1. la que ubica la realidad en un plano super natural (Platón)
2. la realidad es inherente o reside en el presente, en el mundo externo y natural (Aristóteles)
3. la realidad reside sólo en la experiencia humana
FUNDAMENTOS SOCIOLÓGICOS Y ANTROPOLÓGICOS
Desde un punto de vista sociológico, es innegable que la población peruana no es homogénea. En su interior identificamos sectores muy diversos, cada uno de ellos caracterizado por una determinada forma y concepciones de vida y unida por intereses y aspiraciones propias que necesitamos conocer para respetar. Este conocimiento nos llevará a distinguir qué competencias son socialmente funcionales.
Sabemos que hay sectores para los que la educación culmina con estudios superiores, mientras que hay otros cuya población infantil apenas logra dos o tres años de escolaridad. Hay también la experiencia de la escolaridad es compartida con la obligada experiencia laboral, tanto urbana como rural, muchas veces iniciada desde la Educación Primaria. El desconocimiento de esta realidad ha hecho que hasta el momento el Sistema Educativo no haya diseñado formas para impedir que esta población escolar trabajadora incurra permanentemente en la deserción ya sea porque no encuentra mayor utilidad o relevancia en el contenido de la educación que se esfuerza por recibir, o por no poder dedicar a la escuela el tiempo de permanencia que ésta lo exige. Necesitamos diseñar un currículo destinado a los niños que trabajan y estudian, cuyos contenidos metodología y materiales sean significativos y útiles.
La diversidad social del país está a su vez atravesada por la pluralidad étnica y lingüística. Coexisten en el Perú alrededor de cincuenta y seis grupos etnolínguisticos ubicados en las zonas andinas y amazónica pero debido al continuo flujo migratorio miembros de ellos están presentes a todo lo largo de la franja costeña, a veces concentrados en ciertas ciudades o barrios. La multiplicidad étnica y lingüística que caracteriza a nuestros país está legalmente constituida por la población hispano hablante.
El desconocimiento o poca conciencia de la diversidad social y cultural del país refuerza el etnocentrismo generalizado en la población peruana. La conciencia de las diferencias sociales y étnicas nos debe llevar a reconocer los prejuicios que están en la base de una comprobada y extendida conducta discriminatoria: se discrimina por origen social u ocupacional, se discrimina a los miembros de otros grupos étnicos por su color o por su lengua vernácula, y se discrimina a la mujer. Contenidos materiales y metodologías de un currículo peruano de educación básica deben estar orientados a combatir estos prejuicios y generar actitudes de tolerancia y respeto hacia un conciudadano cualquiera, sea cual fuere su origen étnico, lengua, ocupación o sexo, tal como se declara en la Constitución Política.
A este complejo panorama socio-cultural debemos agregar características que vienen de la coyuntura actual, marcada por el incremento de la pobreza, la violencia, la quiebra del sistema de valores, fenómenos que interfieren en el proceso educativo y que requieren ser atendidos en la escuela y en otros contextos de socialización. Estas características – en especial la violencia- se encuentran más acentuadas en unas regiones que en otras, pero están presentes en el país.
Un currículo que se adecue a las características de los diversos sectores sociales y etnias permitirá la autoafirmación socio-cultural de esa población, proceso en el que se combatirá toda tendencia discriminatoria, actitud etnocentrista o sentimiento de minusvalía.
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