Un año difícil, un año de desaliento y desatinos constantes en el sector.
La venta del terreno, la mudanza del Ministerio, una ley de Carrera Pública Magisterial que podía ser "la ley" va perdiendo la oportunidad y varios maestros estamos dejándonos vencer simplemente.
Muchos maestros peruanos están pensando en la seria necesidad personal de retirarse del sector, ya que es insano seguir trabajando en estas condiciones, tensionados por rumores y por no poder centrar los objetivos en el proceso de enseñanza aprendizaje con los niños.
Cada día en el magisterio nace un nuevo rumor, vale todo , que sí te evalúan, que si el examen de junio es mentira y puro cuento, que los resultados ya están dados, que si nos aumentan el sueldo, pero no a los maestros sino a los directores, que si darán examen pero sólo unos cuantos para todos no hay plata, sólo para los envarados, que si lo que se quiere hacer es una limpieza y llenar las plazas con fines electoreros, que se viene el copamiento docente más grande en toda la historia del país, que si los exámenes serán entregados sigilosamente sólo a algunos “privilegiados”, que nadie aprobará nada de nada y etc etc, etc.
Un maestro es un formador, una persona que debe generar en su entorno seguridad, confianza, y paz, pero con todos estos rumores, nada garantiza que este año escolar se de enmarcando estos objetivos.
Maestra sin fronteras no es una isla de la fantasía, es expresión fiel del maestro de a pie, desalentado, avergonzado, callado, humillado diciendo algunos muy bajito : ¡¡basta ya¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡y otros apostando a continuar y a perseverar en el objetivo que merece nuestro país de apostar por una educación diferente, y estar al frente con sus niños, con sus padres y comunidad para evitar atropellos y seguir presentes en este momento y siempre.
Por otro lado en las escuelas vienen llegando grupos de “supervisores” que evaluaran el trabajo docente y lo anecdótico ha sido que una de las personas ha sido auxiliar en el centro educativo. La maestra con la que trabajo, reflexiona : no sabía ni dominar un grupo, una voz más que bajita, y tenía una serie de defectos que hacían imposible laborar con el apoyo de esta persona y como de la noche a la mañana es nada menos quien nos va a evaluar. Una vez más la famosa pregunta ¿quién evalúa a los evaluadores?
Hay mucho por ver.
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