sábado, 12 de julio de 2008

TRANSGÉNICOS EN EL PERÚ

El día de hoy el diario La República en su editorial toca este interesante tema. Los invito a leer


Transgénicos (2)

La polémica desatada sobre el uso de cultivos transgénicos en el Perú y la sospechosa celeridad con que el Ministerio de Agricultura viene impulsando el ingreso de estas semillas está muy lejos de haber terminado. La pregunta de fondo, por cierto es: ¿Por qué un país que se encuentra entre los ocho más ricos en biodiversidad del mundo debe poner en riesgo esta riqueza con la introducción de Organismos Genéticamente Manipulados (OGM)?

En el propio Ejecutivo no hay una posición unitaria sobre este tema. Así, al entusiasmo manifestado por el ministro de Agricultura, el empresario Ismael Benavides, se opone el prudente escepticismo del ministro del Ambiente, el científico Antonio Brack, quien declara: "los transgénicos no van a salvar a los peruanos de la pobreza sino generar dependencia".

El doctor Brack sabe lo que dice. Los cultivos transgénicos se encuentran en manos de una decena de transnacionales –sobre todo la Mosanto–, las cuales no solo controlan las patentes de las semillas genéticamente modificadas, sino también las de los plaguicidas que requieren. Es un negocio de US$ 6,000 millones al año, ya que si bien los OGM tienen mayor inmunidad al ataque de insectos, no están totalmente exentos de plagas.

Es verdad que no se ha demostrado que los OGM sean perjudiciales al hombre, pero tampoco se ha logrado probar lo contrario, es decir que le sean beneficiosos. Los beneficios se logran sobre el terreno, con un 5% de aumento de productividad. Pero este resultado contrasta por la pérdida de biodiversidad que generan, pues una vez que las semillas son liberadas en el ambiente por efecto de la polinización es imposible evitar que contaminen cultivos locales de la misma especie, los que mutan y se transforman por este contagio.

Tal como lo han explicado especialistas de otros países como Colombia y Brasil en los que se cultiva transgénicos, los estudios para saber si es posible la implantación de una semilla transgénica e implementar un plan de bioseguridad que la acompañe tardan no menos de 10 años. Carecemos de un instituto especializado eficiente, pero ya se encuentran aquí los representantes de las transnacionales que venden OGM, y se quiere festinar estos plazos.

En momentos en que millones de consumidores de todo el planeta se vuelcan sobre los cultivos orgánicos, aquellos que se producen siguiendo normas ambientales y son el verdadero negocio del futuro –para el cual nuestro país es un territorio privilegiado por su biodiversidad– se pretende hacer exactamente lo contrario, es decir "poner en riesgo el rol que el Perú puede cumplir como banco mundial de recursos genéticos, por lo que la pérdida de su biodiversidad sería una catástrofe" (Antonio Brack). Más claro, imposible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la verdad es que desconfio de los transgenicos y de Monsanto http://www.connuestroperu.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2684&Itemid=1 .