El mes de diciembre para los maestros peruanos es tiempo de trabajo y cierre. Trabajo porque hay que poner todos los documentos en orden, es como un ¿Qué sucedio por acá? mes por mes, y por otro lado es buen tiempo para revisar lo andado, ya que en esa revisión te permites auto evaluarte en lo profesional, lo personal y lo familiar. Si, aunque parezca mentira en el mar de papeles surgen ese nivel de reflexiones que sólo pierden su camino al sentir un estremecedor sonido como el de un temblor.
No he concluído los objetivos para hoy, me falta mucho, y, encima estoy escribiendo naturalmente un artículo para el blog : ¿Qué me pasa?, Simplemente, que un temblor es más allá que ese hecho geológico, te permite ver lo efímeros que somos y lo complicados que andamos con el mundo laboral dejando de lado lo que te gusta hacer como persona, o simplemente lo que hace mucho tiempo has dejado de lado: extraño esos momentos de ocio en donde podías ver televisión vagamente, con programas de lo más tontos pero relajados, el videíto familiar, leer todos los periódicos los domingos de cabo a rabo , ir al cine, tomar un café, todo ello sin pensar en obligaciones y en responsabilidades que van desde el pago de un recibo de luz, hasta la conducción de toda una familia. Nada es casualidad dice Steve Jobs, así que parece que este mes trae consigo un llamado al relajo, pero para ello hay que concluir los documentos y cierres que el mes de diciembre solicita y de ahí tal vez medio día de relajo..algo es algo
Lunes semana de movimientos les comparto un poema que leí post temblor en el face de una amiga y conmovió mi corazón, besos para todos :) :)
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